Las energías alternativas poseen un alto potencial y rentabilidad a largo plazo en América Latina, como lo son las hidroeléctricas dado los grandes afluentes de agua en América Central y América del Sur, las eólicas en los países que limitan con el mar Caribe, el océano atlántico y océano pacifico donde hay fuertes vientos, y la energía solar que puede ser desarrollada en cualquier país de América Latina.
En conclusión, los países de América Latina tienen que aprovechar este momento de crecimiento y bonanza económica para invertir en I+D de energías alternativas renovables, que permitan desarrollar energías eficientes, para asegurar un futuro cada vez más limpio a las generaciones presentes y las que están por venir.
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